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Lunes, 21 de febrero 2011: En la naturaleza, un terremoto es seguido por réplicas. Estas pueden ser tan catastróficas en sus efectos como la explosión original. Lo que estamos presenciando es el mismo fenómeno en lo que se refiere a la sociedad y a la política. El terremoto revolucionario en Egipto y Túnez ha enviado sacudidas sísmicas a las partes más distantes del mundo de habla árabe. Argelia, Marruecos, Libia, Sudán, Bahréin, Jordania, Iraq, Yemen, Kuwait, Djibouti... la lista es cada vez más larga, no de día en día, sino de hora en hora.
Hoy [14 de febrero] se cumple un mes desde el derrocamiento revolucionario del odiado dictador Ben Ali en Túnez el 14 de enero. El último mes ha sido testigo de una lucha constante entre la clase dominante, que quiere volver a la normalidad burguesa, y los trabajadores y la juventud, quienes hicieron la revolución y están luchando para impedir el regreso del viejo régimen.
28 de enero: Las llamas de la ira se están extendiendo a través de todo Egipto y nada puede detenerlas. El destino del régimen de Mubarak está en juego. Hoy se produjeron enfrentamientos violentos en las calles de El Cairo y otras ciudades egipcias con la lucha por el poder entrando en una nueva etapa. Se hizo un llamado para realizar protestas masivas tras las oraciones del viernes. El régimen advirtió que cualquier protesta se enfrentaría a toda la fuerza del Estado. El escenario estaba listo para una confrontación dramática.
El miércoles, 26 de enero estuvo marcado por más manifestaciones masivas por todo Túnez en contra del gobierno de "unidad nacional", cuyos ministros clave provienen del gobierno del odiado dictador Ben Ali: el mismo dictador que las masas obligaron a huir hace dos semanas.
Este artículo de nuestro corresponsal en Medio Oriente fue escrito sólo unas horas antes de anunciarse la huida del expresidente tunecino Ben Alí del país. No obstante, el artículo mantiene toda su actualidad porque traza un cuadro vigoroso de los acontecimientos revolucionarios ocurridos entre los días de ayer y hoy, y anticipa la caída de Ben Alí y de su camarilla, así como los intentos frenéticos por formar un gobierno de “unidad nacional” que intente robarle a las masas los frutos de su victoria revolucionaria.
En los últimos doce días, las calles de Túnez han sido escenario de enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de represión. La causa directa del estallido de estos eventos es la solidaridad mostrada por las masas con un joven que se inmoló en la ciudad de Sidi el Bouzidon el 17 de diciembre. Después de este incidente, otro joven (Hussein Falahi) se suicidó saltando desde una torre de electricidad para protestar en contra de su desempleo. Después de esto, un tercer hombre joven, de 34 años, se suicidó arrojándose a un pozo en la región de Gdir. Estos actos reflejan la profunda frustración que experimentan los jóvenes tunecinos.
Varios intentos de suicidio de jóvenes tunecinos, como protesta contra la pobreza y el desempleo, desataron una serie de motines y protestas por todo el país en las últimas semanas. Publicamos aquí una breve introducción a un artículo en árabe. Mañana publicaremos una traducción del análisis más detallado.
Hay mucho dinero en juego. Esa fascinación que ejerce el fútbol rebasa voluntariosamente todas las intentonas que creímos suficientes para explicarnos los cómo, por qué y cuándo de ciertos magnetismos cancheros. Sociólogos, antropólogos o politólogos (entre otros muchos interesados) se devanan los sesos pretendiendo establecer límites, categorías, definiciones y estadísticas, capaces de poner en claro el conjunto de factores que dan por resultado uno de los fenómenos colectivos más inextricables. Los monopolios mass media se relamen los bigotes. Nadie da pie con bola.